Exaltado sea Aquel que habita en el profundo infinito, Aquel que nació en la historia de los hombres; Pero el hombre siempre ha existido. El que murió en la Cruz, pero que ya ofreció su vida de cordero antes de que existiera la Cruz.
El que me amó con profundo amor antes de que pudiera existir la primera genética de mi genealogía; El que se despojó, se humilló, se entregó a la muerte, por los que creerían en su Nombre.
Sé que fue sólo para mí. Porque creo con todo mi corazón. El que me ama más de lo que yo puedo amarlo, el que hace por mí infinitamente más de lo que yo puedo hacer por Él, no puedo hacer nada sin Él, que ni siquiera mi peor pecado puede separarme de mí.
Que sin explicación me amaba. Él no me ama más de lo que me amó, porque me ama con la totalidad que un Dios puede amar, y nunca me amará menos, porque simplemente me amó y se enamoró de mí.
A Ti, que conociste mi alma y no me despreciaste, te ofrezco mi vida, te ofrezco todas mis debilidades, a Ti te ofrezco todas mis fuerzas y a Ti te revelo todo mi pecado, mi miedo, mi pavor.
Te amo infinitamente menos de lo que tú me amas, pero te amo, aunque sea por obligación. El deseo de mi alma... ¡Es morir por ti!
Jesús, mi Señor.
Fabiano Moreno